Al comenzar a leer este libro tuve un curioso déjà-vu, al principio, porque lo cierto es que pensé si no sería en cierto modo un plagio de uno de mis libros favoritos: “Los renglones torcidos de Dios”, de Torcuato Luca de Tena. Es lo que tienen los favoritos, que el beneficio de la duda siempre les favorece de primeras.Ésta soy yo,
Al comenzar a leer este libro tuve un curioso déjà-vu, al principio, porque lo cierto es que pensé si no sería en cierto modo un plagio de uno de mis libros favoritos: “Los renglones torcidos de Dios”, de Torcuato Luca de Tena. Es lo que tienen los favoritos, que el beneficio de la duda siempre les favorece de primeras.
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