Una leyenda celta, de Juilene Osborne-Mcnight


En el siglo V Magonus Succatus Patricius, a quien los irlandeses laman Padraig por más que insiste en que odia ese nombre, vuelve a Irlanda con mucho resentimiento y amargura en su corazón pues pasó allí seis años de su vida como esclavo. Sin embargo, regresa porque una voz interior, que él atribuye a la voz de Dios, así se lo ordena. Detesta a ese pueblo al que considera bárbaro y seguidor de costumbres e ídolos paganos, y al que no entiende y que tampoco le comprende a él. No obstante, por su fe y su amor a Dios, crea una abadía a la que se unen unos pocos seguidores, con la esperanza de que Dios le conceda regresar algún día a su patria.

Un día él y sus cofrades ven aparecer a un jinete que en la distancia se ve joven y hermoso, pero cuando éste desmonta y se acercan a él, se percatan de que es un anciano. El viejo, sorprendido de que se dirijan a él como a un abuelo, se presenta como Osián, hijo de Fionn Mac Cumhail, y bardo de los legendarios fennian, desaparecidos hace doscientos años.

No hay comentarios:

Publicar un comentario